viernes, 31 de agosto de 2012

La historia de amor entre Lady Di y Mario Testino


La cantante francesa Dalida, sin saberlo, fue testigo de excepeción de una de las sesiones de fotos que más expectación ha levantado, a pesar de que ya han pasado 15 años de aquel momento. Se trata de la que protagonizaron el fotógrafo peruano Mario Testino y Lady Di. La interpretete de canciones como Ciao ciao mon amour puso la banda sonora a aquel encuentro que ilustraría uno de los números de la revista Vanity Fair de la década de los 90. Pero nada hacía presagiar que seis meses después, Diana de Gales, perdería la vida en un accidente de tráfico en París.






 
Mario Testino se quedó prendado de la princesa de Gales nada más verla. Según el fotógrafo, Diana “era una de las mujeres más bellas del mundo” y el resultado de la sesión fotográfica así lo confirma. Seguramente Lady Di ganaba en las distancias cortas y su carácter cambiaba cuando se encontraba a gusto, en confianza y tratando con personas que sabía que no la iban a traicionar. De ser así, eso ya nunca lo sabremos, pero lo que sí podemos intuir, al contemplar las imágenes de Diana captadas por el objetivo fotográfico en aquella sesión, es que la joven tímida de familia aristocrática, que se había casado con un príncipe que nunca la hizo feliz, se había convertido en una mujer de rompe y rasga, que destilaba fuerza y seguridad por todos los poros de su piel y que dominaba y controlaba todo cuanto ella quería. Y parece como si la princesa de Gales quiso despedirse del mundo, con la mejor de sus sonrisas.

 




 

 Lo de Mario Testino y Lady Di fue un amor a primera vista. Todo un flechazo que alcanzó el clímax en aquella histórica sesión de fotos. Entre vestidos de Alta Costura y joyas de ensueño, el fotógrafo y la princesa se dejaron llevar. Se cayeron bien, se entendieron y se amoldaron el uno al otro con total perfección. La princesa de Gales que había vivido, desde que se casó con Carlos en la catedral londinense de San Pablo ante más de 1.000 invitados, rodeada de paparazzis, recibió los flashes de Mario Testino con absoluta devoción. El fotógrafo ya sabía como tratar a la realeza, ya que años antes había realizado un reportaje fotográfico sobre los jóvenes príncipes y herederos europeos, entre los que se encontraba el hijo mayor de la princesa que posó para Testino sin imaginarse, tiempo después, que el peruano sería la última persona que sacaría las imágenes más bellas de su madre, antes de morir.











A pesar de que aquella sesión de fotos se ha quedado para siempre marcada por la desaparición de la princesa, Mario Testino la recuerda con cariño por ser una de las más especiales que haya realizado jamás. El artista peruano, que se ha rodeado de las mujeres más fabulosas del mundo y que ha fotografíado a personajes tan famosos como Demi Moore, Gisele Bündchen (a la que descubrió) o Kate Winslet, se quedó prendado de tal manera de Diana que, incluso, ha llegado a asegurar que está entre sus musas junto a Madonna y Kate Moss. 






 Para la aristócrata, aquel encuentro con el fotógrafo, iba a suponer la cima de su cambio. Aquella jornada marcaría el renacer una nueva Diana de Gales que se había empezado a forjar el 28 de agosto de 1996, cuando esta se divorció de Carlos de Inglaterra. Por fin pudo liberarse de una historia que, para los ojos del mundo había sido como un cuento de hadas, pero que para ella supuso una vulgar patraña. La 'princesa del pueblo'. como así la catalogó el primer ministro Tony Blair, cambió de estilo de vida plantándole cara a la mismísima reina Isabel II y tomando la riendas de su existencia.

 






 Para darle a su vida el giro que necesitaba, Lady Di desterró los anodinos y pastelosos vestidos que la diseñadora inglesa, Bellville Sassoon había creado, para que los luciese como amantísima esposa del heredero de la corona inglesa y plagó su vestidor de modelazos de Versace con escotes de infarto y faldas arriesgadas. Toda una revolución que hizo que la prensa especializada se arrodillara ante ella, dándole la espalda a la todopoderosa Casa Real Británica. Pero no solo su armario sufrió un cambio radical. Su joyero experimentó un pequeño expolio ya que tuvo que devolverle a la reina de Inglaterra algunos de los aderezos y tiaras que esta le había prestado con motivo de la boda con el príncipe Carlos, como la Tiara de los enamorados de Cambridge, aunque siguió conservando fantásticas joyas como su anillo de compromiso, un zafiro de 18 kilates y catorce diamantes engarzados al rededor, valorado en 50.000 euros y que años más tarde luciría la prometida del príncipe Guillermo, Kate Middleton.










 Diana había conseguido ser la buena de la película. Jugó todas sus cartas y ganó. A pesar de la larga lista de amantes que pasaron por su alcoba del palacio de Kensintong y de alguna que otra salida de pata de banco, la princesa de Gales continúo hasta el final de sus días siendo admirada y alabada por la opinión pública, que la veían como una auténtica víctima de Carlos de Inglaterra y su cómplice, Camilla Parker-Bowles. Lady Di fue una mujer a la que el mundo le tuvo compasión y esta se lo puso por montera. Utilizó miles de gestos de venganza hacía su ex marido, como el LBD de chifón negro, diseñado por Christina Stamboulian y que se enfundó para asistir a una gala benéfica en Londres la misma noche que, su ex marido aireaba en televisión sus infidelidades con Camilla. Al día siguiente, los titulares de la prensa inglesa le daban todo el protagonismo a la princesa que la noche anterior comenzaba su particular andadura en solitario.
 


 
La hija pequeña de los Condes de Spencer no quería perder ni un minuto más de su vida. Había perdido demasiados en la corte de Isabel II en la que no fue feliz. Y esa felicidad añorada, buscada y anhelada la encontró junto a Dodi Al Fayed. Diana y el hijo del dueño de los almacenes Harrods de Londres diseñaron una relación a base de lujo, viajes, tiempo libre y vacaciones de ensueño. Siempre tenían un yate preparado para zarpar o el avión privado dispuesto para despegar y llevarlos al otro extremo del planeta para vivir y disfrutar de su historia. Paseaban su amor por los cinco continentes demostrándole al mundo que para ellos solo existía su vida y la de nadie más, mientras a la reina de Ingleterra se le atragantaba el te con pastas cada vez que la pareja protagonizaba una portada de algún tabloide. Pero a Diana poco le importaba si los pilares del palacio de Buckinham se tambaleaban o no. Desde 1996 ella vivía solo por y para ella.




  

El eco de los disparos de la cámara fotográfica de Mario Testino todavía resuenan en el palacio de Kensintong donde se realizó aquella sesión fotográfica, como la herencia sonora de un encuentro que ha marcado un antes y un después en la vida del fotógrafo peruano y supuso un punto y final en la historia personal de Diana de Gales. El mismo verano que su amigo Gianni Versace fallecía asesinado en su casa de Miami, Lady Di se preguntaba pensativa, en la cubierta del yate de Dodi Al Fayed, si a ella le podría pasar lo mismo. Sus pensamientos parecían todo un presagio ya que, dos meses más tarde, Diana moriría en París, la ciudad del amor. A partir de ese instante, el mundo se quedó huérfano de una de las mujeres con más carisma que hayan existido jamás y Mario Testino perdería, para siempre, la mujer que lo encumbraría como el mejor fotógrafo de todos los tiempos.  

 
Una historia de amor a la que puso banda sonora, la cantante Dalida.




martes, 28 de agosto de 2012

Outfit Navy


Podría vestirme, durante todo el año a base de rayas azules y blancas. Me encanta el estampado Navy porque creo que es uno de los más favorecedores, de los que mejor combinan con todo y que sirven, como diría nuestro refranero, tanto para un roto como para un descosido. Es decir, puedes lucirlo en un ambiente de lo más formal, como en un chiringuito de playa, mientras te tomas una clara con limón y una ración de puntilla.




El estampado marinero comenzó a verse, a principios del siglo XX, en todas las playas del país ya que los primeros bañadores se confeccionaron tomando dicho estilo como referencia. Este momento de la historia marca también el comienzo de la liberación de una mujer trabajadora e independiente. Por lo que el Navy se asocia a una época de total modernidad y vanguardia.






Pero fue, sin duda, Coco Chanel, la que más utilizó el estampado marinero en sus creaciones. Uno de sus clásicos es la histórica camiseta Navy Saint James que luce la propia diseñadora en una instantánea tomada en su casa de La Pausa en 1930.




Ahora el abanderado actual de este estampado es Jean Paul Gaultier quien lo volvio a hacer popular gracias a su perfume masculino Le male. Casi todos los hombres de Europa quisimos una camiseta Navy para parecernos a los marineros que aparecían en el spot de dicho perfume. Tanto le gusta este tipo de estampado al enfant terrible de la moda, que hasta los asistentes de prensa en sus desfiles, lo lucen. 





Tanto se han popularizado las rayas que ya no hace falta lucirlas en la Riviera Francesa, en las Baleares o en la Costa del Sol. Ahora podemos ver el estampado en infinidad de versiones y en cualquier ciudad del mundo, tenga o no playa.

  













Mientras leeis este post, os recomiendo que escucheis la canción 'French Navy' del grupo Camera Obscura


domingo, 26 de agosto de 2012

La moda española


El próximo 30 de agosto se inaugura la 56 edición de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid (antiguamente conocida como Pasarela Cibeles) en la que 40 de los mejores y más reconocidos diseñadores de nuestro país, nos presentarán las tendencias que luciremos en la próxima primavera. Porque sí, porque la moda es así. No hemos terminado todavía el verano y aún continuamos sufriendo los calores propios del estío y los modistos ya nos quieren contar cómo vestiremos y qué colores luciremos dentro de un año.  



Es una pena que, siendo un país que nos miramos tanto el ombligo para unas cosas, dejemos de lado otras que son, tan importantes o mas que el fútbol o las corridas de toros. Porque la industria española de la moda es una de las más olvidadas (junto al cine me atrevería a decir) por casi la totalidad de la sociedad española. Solo nos acordamos de ella cuando repican las campanas de las diversas pasarelas que se celebran a lo largo y ancho de nuestro país pero que, el resto del año, ni queremos ni nos interesa recordarla.


Un diseño de Juanjo Oliva
 
 
Un vestido de Francis Montesinos
  
Y la verdad es que me parece un trato muy injusto. Apoyando 'lo nuestro', nuestras manufacturas, dando respaldo a nuestras bases económicas y culturales, estamos demostrando más patriotismo que todos aquellos que solo se pintan los colores de España en la frente, el día que 'La Roja' juega la final de un campeonato. Pienso que si personajes como Penélope Cruz, Javier Bardem o Elsa Pataki luciesen moda española en lugar de enfundarse maravillosos vestidos de Armani, tal vez, a eso que el ministro Margallo se empeña en defender y que se llama 'marca España', otro gallo le cantaría.
 

 
Un modelo luciendo una creación de Hannibal Laguna
 
 
Un LDB de Amaya Arzuaga
 
 
Vestido negro de Jesús del Pozo hoy rebautizada como DelPozo
 
Creo que deberíamos darle alguna oportunidad a nuestras marcas (y en ellas englobo a Inditex, Mango, Blanco o Cortefiel entre otras muchas). Puede que la industria de la moda pueda verse como algo frívolo, superficial y que fomente el cultivo del aspecto exterior y deje de lado el interior, pero también es un sector muy importante de nuestra economía que mueve cientos de millones de euros y que da trabajo a mde periles de personas. Solamente por esos dos motivos, tendríamos que pensarnos antes si compramos una camisa de Ralph Laurent o de Pedro del Hierro o si queremos la falda de H&M o de Zara.


Ana Locking
 
 
David Delfín
 
 
Fernando Lemoniez
 
 
Josep Font
 
 
Juan Duyos
 
 
Sita Murt


El sábado 25 de agosto, en el programa 'Dos días contigo' de la cadena COPE en el que trabajo, con motivo del inicio de la pasarela Cibeles, la periodista Sofía Gonzalo entrevistó a Nacho Montes que, como experto en moda, quiso que nos diese su opinión al respecto y a Roberto Verino, todo un veterano de la aguja de este país y que nos habló, no solo de moda, sino de la mujer, de arte y del trabajo bien hecho. Dos voces más que autorizadas en esta materia y que nos dan una visión de la moda española que tal vez nos haga cambiar la manera de verla. Os dejo el audio de las dos entrevistas.

Nacho Montes

Roberto Verino


Entrevista a Nacho Montes y Roberto Verino en Dos días contigo

viernes, 24 de agosto de 2012

Toledo, ciudad Imperial


Una de las ciudades que más me han llamado siempre la atención ha sido Toledo. Supongo que será porque la capital de Castilla la Mancha conserva en su casco histórico numerosos edificios que, desde una magnitud muy diferente, hablan por sí solos de su historia, su patrimonio, su cultura y que hacen de la Ciudad Imperial, una de las que más encanto tiene de España.

El río Tajo a su paso por Toledo

Una calle concurrida de Toledo

Un punto a favor, es la cercanía de párquings públicos al centro de la ciudad, al menos a la parte más interesante turísticamente hablando. Pero si por algo hay que darle un aplauso a esta urbe es por las escaleras mecánicas que en su día incorporaron a la ladera del pequeño promontorio sobre el que se ubica el casco histórico. Es un alivio, sobre todo en los meses de verano, no tener que subir por las empinadas y estrechas calles de Toledo, ya que la canícula aprieta de lo lindo, sobre todo, en las horas centrales del día.


Catedral de Toledo

Palacio Arzobispal

A parte de ser la capital de Castilla la Mancha, de conocerla como la Ciudad Imperial por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I; Toledo también tiene el sobre nombre de Ciudad de las Tres Culturas por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes. Y prueba de ellos es que, durante el paseo por la ciudad, miles son los motivos judios, como las pequeñas baldosas con el candelabro de los siete brazos como motivo principal que se asoman timidamente en cualquier recóndito rincón del casco antiguo. Una señal inequívoca de la mezcla de culturas que convivieron en Toledo.


Candelabro de los Siete Brazos, uno de los símbolos judíos más reconocidos
 
Lo que más me llamaba la atención era admirar y contemplar en la Casa Museo de El Greco, el cuadro de 'El entierro del conde Orgaz'. Una obra de arte que había estudiado mucho en mi época de estudiante. Más o menos conocía la historia que Doménikos Theotokópoulos había reflejado en el lienzo, pero la belleza de la pintura me impresinó, me gustó y tuve la misma sensación de bienestar, por solo 2,50 euros que vale la entrada, que cuando contemplé la Piedad de Miguel Ángel en el Vaticano.


El entierro del conde Orgaz de El Greco

Una de las partes más interesantes de cualquier ciudad es la gastronomía. El visitar su patrimonio cultural e histórico es muy enriquecedor, pero también lo es probar su patrimonio gastronómico. La cocina toledana es rica en sabores, aromas e ingredientes. La alta calidad de la preparación de sus platos es conocida en toda la geografía española y turistas de muchos rincones del mundo se acercan a la ex capital de España para degustar sus asados, sus guisos y sus dulces. Entre sus especialidades destacan el cordero asado o guisado, como lo es el cochifrito, y las alubias con perdiz o la perdiz estofada, la caramusa, las migas, las gachas manchegas y la tortilla a la magra. Dos de los alimentos que han dado fama a la ciudad de Toledo son el queso manchego y el mazapán, del que tiene una denominación de origen propia, el mazapán de Toledo. En esa ocasión, en el restaurante de la Abadía, uno de los que más fama acumula en la ciudad, degusté una sartén de huevos rotos y jamón, un surtido de ensaladas a base de ventresca, brotes frescos, quesos y tomate, un asado de venado y un pastel de chocolate. Todo un banquete para un duro día de turismo.


Un rincón de la ciudad de Toledo que conduce a la plaza de la Catedral

Por fin me saqué la espinita de visitar Toledo, aunque solo haya sido durante unas horas. Pero valió la pena porque pude comprobar in situ, la belleza y el encanto de la Ciudad Imperial.




jueves, 23 de agosto de 2012

En el trabajo


Por aquello del decoro y el saber estar en el lugar de trabajo, llevo todo el verano, excepto los días que libro, poniéndome pantalón largo. No es de recibo, o al menos yo lo veo así, ir a trabajar y relacionarte con tus compañeros vestido de cualquier manera. Y eso que yo no me meto en cómo van el resto de las personas. Cada cual con su conciencia.






Es verdad que no voy todo lo formal que se podría esperar, al fin y al cabo es verano y tampoco queda tan mal lucir camisetas de manga corta y alpargatas. Pero hoy ha sido diferente ya que, en un alarde de generosidad he decidido ponerme camisa. Me he levantado de buen humor y eso se nota en la manera y en la forma de vestir.






El outfit de hoy lo componían unos vaqueros de He by Mango efecto lavado, la camisa de cuadros en tonos rojos y azules de HyM, las Wayfarer de Ray Ban y el cinturón y las zapatillas Victoria a tono con los colores de la camisa. Por darle un toque más desenfadado, me he puesto una pulsera de piel y metal de Uno de 50 que me regalaron hace un par de cumpleaños y que me gusta mucho, así como las pulseras de Por el Amor de Andreu y el reloj Casio.








  

Y para completar el look de hoy, un bolso saco de Diesel en verde militar ya que necesito meter el neceser, las gafas de sol, la cartera, las llaves y la agenda y del que cuelga un simpático Play Mobil en miniatura que comprá en tienda Popland de Valencia.